Nunca había pensado en hacerme daño físicamente, pero siento como si fuera mi único escape a todo esto. ¡Estoy confundida!
Me exijo a mí misma acabar con todo pero es como si no fuera suficiente. Tanto que hacer y que decir. Es la primera vez que me encuentro en esta posición. Esto está creciendo cada vez más, y duele demasiado. ¡Cómo rodara por las escaleras y no despertara sino en un buen tiempo!
Mis manos están buscando el fuego... Mis brazos quieren llorar sangre... Mis sentidos están apagándose...
Me pediste que no sintiera culpa nunca más. Lo lamento, hubieras enviado una respuesta, una solución a ese problema. Me has dejado sola, y no sé qué hacer.
He caído, he dejado, he vuelto a caer.
Es irónico cómo por fuera todo parece normal, y por dentro lo único que siento es un mar de tormentos.
Si no me entiendes, no hay problema. No busco que lo hagas... Sólo quiero escribir. Sólo quiero expresar. Sólo quiero dejar de sentir y volver a nacer.
Esto algún día pasará, estoy segura. Y todo estará bien de nuevo, aunque esté rota...
Si busco ayuda, tan sólo me echarán en cara lo que he hecho mal y lo que necesito es apoyo. No una palabra, sino un abrazo. Pero no hay quién me lo dé...
¿Por qué no vienes, me asustas, susurras mi panacea y te vas? ¡Déjate ver y explícame qué debo hacer! O sino..., ¡deja de confundirme!
Ya no aguanto más. Será mejor que me vaya de aquí. Disculpa si no te agradó lo que escribí pero necesito tu respuesta a mi llamado de desesperación.
Adentrándome en la amargura, me iré por las riendas de la oscuridad. Necesito tu calor, pero siento que ya te vas...
Si esto termina, esta será mi condena. El dolor germina, y la ruina me lleva...
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