8 jul 2014

Sutil advertencia.

No cortes mis alas, por favor, si ya me es difícil extenderlas.
Quiero estar contigo y tenerlas pues, a parte de mi corazón, es lo único que me queda.
No dejes que caiga pero tampoco me sostengas.
No me exijas.
Yo voy poco a poco y si a ti te gusta ir rápido,
te quedarás a la tercera vuelta cuando yo esté todavía disfrutando de la primera.
Ser tu amante es difícil. Ser tu amada no es una obligación.
Tienes todo el derecho y libertad de pensarme y quererme como tú quieras.
Yo no soy exigente.
¿Pero por qué tú sí?
No me perderás, entiéndelo.
Yo estaré aquí esperándote con los brazos abiertos aunque tenga los ojos entristecidos por el tiempo.
No olvides que soy humana también.
Pero..., si desesperas, harás que me pierda.
Y cuando me haya perdido será realmente difícil para ti volver a encontrarme.
Y entonces no será un amor fortalecido por el tiempo, sino roto por la premura...
Y entonces..., ya no habrán alas, ya no habrá corazón, ya no habrá nada.
Esperanza.

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