5 may 2014

Sé.

No sé cuántas cosas falten escribir de ti, sobre ti o para ti. Tal vez muchas, tal vez pocas y tal vez eso lo determine el tiempo que me lleve quererte o hasta olvidarte.
El punto es que esta noche fresca es tuya, otra vez.
Sé que no soy perfecta; sé que no soy como ella; sé que no soy directa; soy algo ilusa, ingenua e infantil; sé que soy miedosa, soy cobarde; sé que soy fantasiosa y suelo decepcionarte.
Pero recuerdo tus palabras perfectamente y las respeto, así como a tus pensamientos y decisiones.
Si alguna vez dijiste que sé un poco más de ti que el resto puede que hayas tenido razón.
Sé que cuando te aburres te despides rápido; sé que en ocasiones rellenas la conversación con oraciones de películas; sé que no confías en ti; sé que te gusta que te acaricien el cabello; sé que admiras mucho a tu papá a pesar de todo; sé que aquella vez de verdad no querías soltar mi mano.
Y no sé por qué sigo aquí.
No es como si tuviéramos historia si apenas comenzábamos. Tal vez me querías, pero también querías a alguien más.
¿Sabes? A mí me gustaba creerte y me gustaba que nadie más supiera... Era mágico.
Ahora parece contaminado.
Siento que lo arruiné. Tal vez debía silenciar mis pensamientos y abrir mi corazón. Tal vez no debí creer mucho.
Tal vez debí soltar mi abrazo ausente.
Sigo aquí con promesas sin sentido. Permanezco de pie. Tan sólo dime cuándo parar y no me tengas aquí penando.
Esperanza.

No hay comentarios: