1 oct 2013

I'm back.

Hola, mundo.
Hace tanto que no escribo en este blog..., siento que han pasado años pero sólo han sido meses, y qué puedo decir de mí; no he cambiado (o eso creo).
Estoy nerviosa. Realmente nerviosa. El sábado que pasó di por fin las pruebas para el ingreso a la universidad para las que, debo decir, me preparé bastante (aunque sigo pensando que no fue suficiente).
Me han preguntado cómo salí y yo he respondido que "caminando". Es la respuesta más certera que puedo dar. No sé realmente qué tal salí, no recuerdo en este momento si realmente di todo de mí para sacar un excelente puntaje o qué..., sólo sé que estoy aterrada por saber la calificación. Se supone que la dan en dos semanas, pero estoy tan impaciente: quiero que llegue ese día y a la vez no. Quizá cuando suceda se termine mi martirio, y es que para llenarme más la cabeza de ideas negativas estuve leyendo sobre carreras y esas cosas hace un momento. Debo decir que no más de imaginarme cómo será el futuro me sudan las manos. Raro porque justo ahora tengo frío. Pero bueno, vine al blog a desestresarme y a olvidarme que di una prueba muy importante en mi vida (o eso me dijeron).
Desperté esta mañana con la idea de que, en estos tiempos en los que leer se ha vuelto una moda, todos quieren ser escritores. Y no es que yo sea una gran escritora o tenga una imaginación de los dioses, pero llevo desde pequeña en este mundo mágico y creo que es incómodo e innecesario que se marque tan groseramente esta era de la escritura y literatura con, ya saben, la tan mencionada "literatura barata".
Yo he leído varios de esos libros "por probar" y debo ser sincera: antes me gustaban. Pero cuando empiezas a leer textos fructíferos y a analizarlos y reseñarlos, o escuchar las críticas de sabios experimentados que incursionan en estos aspectos, te das cuenta de la realidad y empiezas a desechar todo aquello que parece banal a simple vista.
Cada vez que voy a comprar un libro mi madre me pregunta si no es uno de esos que las niñas de esta sociedad llaman: "un buen libro". Y yo como siempre respondo entornando los ojos porque simplemente no me atraen.
Leí alguna vez, en alguna imagen de esas que ahora publican en las redes los grandes eruditos del amor (nótese el sarcasmo, porfavor), de alguien por ahí que la escritura es como el amor: si no nace no es verdadero, no es único, no llega al corazón del que lo percibe. Y es cierto... Tanto en la poesía como en las novelas una idea única y especial es la que casi siempre cautiva, pero para que sea así esta premisa debe ser valorada y desarrollada con fundamentos. Si tiene que viajar a la fantasía, que lo haga, pero si debe ser realista, que no exceda sus caminos. Yo sé que la imaginación humana puede viajar a mundos fantásticos, y quién sabe cuántos universos hay en realidad a parte de este que creemos conocer, pero muchos nos limitamos a lo cotidianamente inalcanzable. Sí, esa vida que desearíamos tener pero que por desgracia no es nuestra.
Alguna vez quise escribir sobre algo rutinario, pero se volvió tan aburrido para mí misma que desistí. Me gusta escribir poesía aunque no conozco mucho de los más reconocidos poetas. Me gusta escribir mis historias aunque aún tienen un matiz infantil. Me gusta escribir ensayos que luego desecho porque creo absurdos. Me gusta escribir y siempre he pensado que es en realidad una necesidad para mí... Es algo que fortalece mi alma y me ayuda a mí misma a superarme. Pero nunca será una moda, porque a las letras las llevo en la sangre O rH Postiva que corre por mis venas.
Gracias papá y mamá por amar tanto la escritura y la buena lectura. Gracias por haberme tenido.
Al punto que quería llegar es que, si escribir y leer se convierte en una moda, ¿qué será de nuestros hijos en un futuro cercano cuando los conocimientos queden desechados por absurdas peroratas de escritores que no tuvieron más elección que trazar historias para agradar a las masas?
Y bueno, ahí queda la cosa. Si no paso la prueba, seguiré intentando porque de eso se trata la vida, de alcanzar una meta aunque hayas fallado mil. Y además, siempre tendré algún "Érase una vez..." en mi cabeza para plasmarlo en cualquier rincón de este planeta.
God bless U.
Esperanza.

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