Pues... Así es, mundo.
¡Veo estrellas por todas partes! Y no precisamente porque esté mareada, o me haya golpeado. Anoche el cielo estaba estrellado, esta noche no tanto. Sin embargo, mi firmamento permanece pintorezco de ellas. Me siento extrañamente contenta, y guardo un poco de recelo, ya que mi felicidad nunca dura mucho.
Como sea, antes había estado reacia a escribir algo de "Sólo un minuto más" y eso, por... razones algo tontas. No sé, me sentía deprimida como si cualquier esfuerzo no fuera a valer la pena; tal vez porque ya se va a terminar la historia, o porque no estaba animada. No sé realmente, pero eso ya no importa.
¡Ahora estoy con la imaginación a mil! Solo que no quiero subir ningún capítulo más hasta que tenga el epílogo completo.
Hay tanto que decir en estos momentos... Que no sé si me voy a ir de largo.
A veces es bonito que la gente hable bien de ti, te hinchas de orgullo cuando los oyes y eso te hace querer hacer las cosas mejor o decir algo que les agrade más. Es grandioso. Pero... Hay ocasiones en las que ya no es bonita esa atención. No es por resultar ingratos, sino que... siempre hay ese factor triste y negativo (que no somos nosotros) que hace que te den ganas de estar a su altura para que los halagos dirigidos a ti no le afecten.
Está bien, quizás no a todos les suceda, pero a mí sí... Soy muy frágil en ese sentido y cambio de parecer a cada rato, por lo que me es fácil dejar algunas cosas atrás para regresar el camino que he recorrido y estar al lado de esa persona.
No es la razón por la que dejé de escribir Sólo un minuto más, pero sí me he descuidado emocionalmente por eso; me siento sobresaturada y quiero llorar. Pero no para sentirme tonta..., sino para despejarme porque es horrible guardarse todo sentimiento.
Quizás, una cosa insignificante que te moleste no vale la pena ser rescatada y discutirla, porque ¡es insignificante! Por eso siempre dicen (especialmente mi madre) "deja esas cosas atrás y sigue con tu vida". Sin embargo, yo pienso diferente.
En mi forma de ser, me gusta dejar todo claro. Hasta el más pequeño mal entendido. Porque sé que cargaré con la culpa (gracias a mi subconsiente) de no haber dicho algo, o de haberlo hecho. Es complicado. Así que... prefiero llorar, prefiero decir, prefiero escribir.
Prefiero eso y no guardarme todo esto.
Cada tropezón, rasguño, logro, enfado, tristeza, ilusión y desilusión, recuerdo, entre otros, contribuye una gotita más de lágrimas al vaso de mis sentimientos. Por eso no quiero que algo de cualquier tamaño se convierta en la gota que rebasó el vaso.
Wow... Es extraño que yo esté siendo prevenida con mis propios sentimientos, si soy tan descuidad. Pero así es. Y lo lamento por aquellos a los que les desagrada que la gente se queje de algunos aspectos de su vida (porque a mí misma me doy a entender que todo este post es una queja). No, realmente no lo lamento porque este es mi blog, mi mundo, mi espacio, y aquí escribo lo que soy. Me siento como Marcos (De "Sólo un minuto más, capítulo 11) Sin embargo, sigo viendo estrellas. Porque no importa lo que me detenga, hoy estoy feliz.
Simplemente... Feliz.
Gracias a quienes me apoyan. ^^
Y si alguien no comprendió el rebulicio que escribí, no se preocupe. No estoy padeciendo de alguna enfermedad, solo quería desahogarme.
Nos vemos, voy a tomar café y a seguir escribiendo... Porque la vida sigue. :)
Confundida pero feliz, Musa.
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