7 feb 2012

¿Es difícil?

La verdad es que no sé.
Así es como estado estos dos días desde que me puse a pensar lo extraña que es la vida. O las casualidades del destino. ¿Quién sabe?
El punto es que, para los seres humanos es fácil juzgar a una persona con tan solo ver su fachada, o la primer impresión que nos llega de ellos al oírlos hablar.
Y cuando nos juzgan a nosotros pataleamos, lloriqueamos y hasta salimos con nuestro discurso de las verdaderas razones por las que hacemos las cosas. La gente tiene que aceptar lo que decimos, ¿no?
¿Pero por qué a aquellas personas que señalamos sin conocer, o conociendo no se les puede dar la oportunidad de explicar?

Ayer imaginé dos casos. Dos situaciones. Dos vidas que parecen distintas pero que son tan similares: un hombre, no empresario, pero que se esfuerza por darle a su familia el pan de cada día. Que sale a trabajar siempre y aunque llega cansado le importa poco porque sabe que su pequeña hija tendrá pronto su operación. Su mujer, una ama de casa que sonríe cada uno de sus logros esperando el tan anhelado día de la recuperación total de su bebé. El jefe de su esposo le asciende el sueldo, y cómo no estar emocionado si aquello es una bendición (estoy repitiendo las palabras de mi madre al contarle esto, linda mi imaginación ¿verdad?), entonces ese día va al banco a retirar su dinero. Lo que le faltaba para la operación de su hija.

Más allá de ese hogar, vive un muchacho. En su barrio es una persona gentil, no estudia pero siempre anda ayudando a quien lo necesite ya que sabe de mecánica por los años duros en los que le tocó aprender. Vive tan solo con su mamá, una mujer ya anciana que de repente está al borde de la muerte. El chico sabe que no tienen dinero para mantenerse, y no le importa su bienestar, ya que puede sobrevivir de cualquier manera, ¿pero su mamá? Entonces, la única oportunidad que tiene, y que los golpes del destino le lanzan es robar. Ouch, cae tan bajo. Pero en aquel momento no hay necesidad única para pensar, más que su madre.

Dos vidas, lejanas... Ni siquiera se conocen. Pero aquel día el destino les juega una pasada uniéndolos. Aquel hombre trabajador es observado por unos no tan inocentes ojos mientras saca el dinero para contarlo. Ambos tienen una sonrisa en el rostro. Podrán salvar a quienes más aman. Y sucede que el pequeño ladronzuelo se lanza a atacarlo a punta de daga. El hombre asustado mira el dinero y al chico.
"Dame el dinero, o te haré daño" ¿Huir y salvar a su hija, o entregar el dinero y salvar su vida?


La mirada asustadiza y la necesidad del dinero para aquel hombre hacen que por un momento el chico tambalee entre dejarlo ir, o seguir con su asalto. Pero ¿darle libertad a escapar sin hacerle daño, o atacarlo, coger el dinero y llegar a casa con la esperanza de hacer que su madre se recupere?

No sé, ¿es difícil?
Yo creo que sí. En la vida nos encontramos con tantas circunstancias que es complicado aceptar cada detalle que se nos brinda ante nuestras vistas. Al momento de juzgar lo hacemos sin conocer causas, y aunque no sean correctas, tienen un porqué. Y es más fácil ignorar razones que complicarnos la existencia pensando.

Yo estoy confundida. Porque no sé a quién daría crédito. ¿Y tú?
La vida es tan contradictoria, que no sabemos qué nos deparará el mañana.
Just me, Musa.

2 comentarios:

TammyTF dijo...

Ay! Los dos presentan buenas posiciones, claro que siempre que se trata de la familia uno esta dispuesto a todo. Pero...creo que el muchacho opto por la salida del cobarde. No voy a decir el camino fácil, porque seria mentira. Eso no es fácil, pero si es poco digno.
Al menos eso pienso yo, no que sea una desalmada. Entiendo ambas posturas y me compadezco de los dos.
Pero siempre hay otro camino y el que sale a robar, simplemente se niega a ver que otros tienen mas agallas para sortear los obstáculos.

Muy linda entrada, da para pensar y debatir.

Un beso bye ^^

Esperanza dijo...

Bueno... De verdad tienes razón. Aunque también me pongo a pensar en la desesperación que sentiría en el momento y la poca claridad con la que vería las opciones. Pero bueno.
No siempre las cosas son como quisiéramos que fueran. Gracias por brindar tu comentario nwn