Esta noche las luces se
apagan, como siempre. Esta noche las cartas quedan donde empezaron, en el
regazo del que las escribió. Esta noche no hay nada que quiera saber de la
gente.
Hace algún tiempo
llegué a desear que una tristeza me acongojara a tal punto que la belleza en mi
interior se viera expuesta. Lo que nunca pensé es que ésta no tendría más
motivo que un dolor en el corazón. Una herida que evita ser remediada y opaca
las esperanzas en mi interior.
Desearía que estuvieras
conmigo. Sólo una noche…, por el resto de mi vida.
Esperanza.