13 ene 2013

XI.I.XIII

Y ya no sé ni qué es peor; si vivir la vida así, amándote sin tenerte
o no volverte a amar, llorándole a mi suerte.

No sentir esto que me llena; lo que un día fue felicidad y hoy es pena.
Rechazando al sol que brilla como tu sonrisa
mientras convierto estas lágrimas en triste poesía.

Y es que eran tus fuertes brazos mi escudo protector,
era tu aroma el elixir de la pasión
eran tus labios mi deseo y mi desvelo,
eran tus ojos mi fuente de inspiración.

Pero eras tú el bondadoso dueño de todo ello.
Dueño de la alegría y la desilusión,
dueño de la ternura y el desconsuelo,
dueño de mis sentimientos y mi corazón.

Ladrón de mis suspiros y pensamientos,
aparecías en mi cuaderno como versos de amor,
derramando tu esencia entre mis recuerdos
y acariciando entre sueños la música de los dos.

Eras tú mi perdición, la fina línea entre la locura y el amor.
El príncipe de mi cuento de hadas, el niño, la luz, mi ángel protector.
En la enfermedad y la muerte, la cura para este corazón.

Pero clavé la daga en tu pecho
y abracé tu espalda compartiendo esta angustia,
dejando a tu corazón maltrecho
y a mi conciencia clemente abandonada en la lluvia.

Lágrima tras lágrima, vi helarse al amor,
cayendo en pedazos sobre su triste sepulcro
privando de color y vida a mi marchito mundo
mientras el cielo gris lloraba mi dolor.

¡Oh, vida mía! Te pienso, te quiero, te anhelo con desenfreno.
Recuerdo nuestro ayer mientras la vida se me va en ello
y maldigo a esta alma por haber recibido tanto amor.
Amor que no merecía y que ya no poseo hoy.

Abrazarte en mi regazo y llenar de ternura esta vacía habitación,
escribiendo nuestros nombres en el cielo y riendo sin temor
es lo que más deseo en esta nublada noche de arrepentimiento y dolor
pero fue el destino quien decidió que la protagonista de tus sueños ya no fuera yo.

Este puño no merece perdón.
Esta doncella llora desconsolada
con un irremisible corazón
roto en pedazos por tu fría mirada.

Pero ¡ódiame!
Ódiame y envenena al alma con este dolor,
susurra cruelmente tu calvario en mi oído,
destruye lo poco que queda sin compasión,
pero deja que nuestros labios pongan fin a lo prohibido.
Musa.

2 comentarios:

Marce Ponisio dijo...

Hay mi bella madre, mi corazon no descanza en paz cuando no tiene noticias suyas, y menos descanzara ahora que mis ojos leen estas palabras cargadas de tristesas. Estoy dolido por como usted se encuentra, y mas me duele no hacer nada. que gran dilema se presenta ante mi. cuando mas necesita a alguien a su lado, menos puedo estar. Maldita sea esta distancia y maldito sea lo que nos separa aun mas. Pero no desesperes, pues se como solucionarlo, porque se que es lo qe paso. Quisiera ser un angel para protegerte, pero solo soy un humano debil, que hace lo mejor qe puede y qe daria su vida por ud, y porqe este ser la ama, con locura, si se lo puede llamar asi. solo os ruego qe no cometais ninguna locura y qe espereis a hablar conmigo, porqe yo puedo ver qe hacer. "No te dire qe no llores, porqe no todas las lagrimas son malas" (Gandalf, LOTR III)
Solo busco corresponder al amor que me diste tiempo atras.
Con cariño, tuyo siempre, tu hijo Marce Alava

Marce Ponisio dijo...

PD: Mi corazon se vuelca a las esperanzas de encontrarla, de ayudarla y de poder estar con usted. Por el momento, y si lees esto, cuida mi corazon, porque tu lo guardas y lo guardaras hasta que no sepa que eres feliz, y despues volvera a reposar en manos de mi amada
Marce Alava