Encontré a uno de esos seres
que esconden la poesía en unos labios prohibidos.
Encontré a uno de esos seres
que ignoran la belleza en su ausente mirada.
Encontré a uno de esos seres
que acarician las palabras como si fueran piel.
Encontré a uno de esos seres
que hacen invisible su alma a los ojos ajenos.
Encontré a uno de esos seres, sólo a uno.
Y me ha quitado el sueño.
El poeta no me conoce y yo ya le estoy escribiendo poesía.
Y ni siquiera se hace llamar poeta...
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